La película No mires arriba (Don't Look Up), dirigida por Adam McKay en 2021, nació como una idea para hablar del cambio climático y de cómo la humanidad suele ignorar los problemas más graves. El propio McKay explicó que quería mostrar la sensación de "gritar una verdad que nadie quiere escuchar", y al mismo tiempo, usar el humor para que el público pudiera reflexionar sin sentirse totalmente derrotado.
Una pequeña sinopsis
En la historia, dos astrónomos descubren un cometa que va a destruir la Tierra. Estas personas intentan advertir al mundo, pero se topan con políticos alineados con grandes fortunas tecnológicas que sólo piensan en las elecciones, medios de comunicación que buscan audiencia en lugar de informar, y una sociedad más preocupada por los memes y la fama que por salvar el planeta. Lo que debería ser una lucha por la supervivencia se convierte en una batalla de egos, desinformación y negación.
Un reflejo de nuestra decadente realidad
Aunque es una comedia, No mires arriba es también una crítica social muy directa, pues muestra cómo, en la vida real, la gente muchas veces se desconecta de lo importante y termina presa de su propio abandono.
En lugar de escuchar a los científicos y a las voces críticas, preferimos las noticias que nos entretienen, confirman lo que ya creemos y repiten la misma proclama sin aportar ningún fondo que avive la reflexión. En vez de actuar juntos, nos dividimos entre los que “miran hacia arriba” y los que se niegan a hacerlo.
Y aquí es donde la película refleja perfectamente lo que pasa hoy:
En el fondo, No mires arriba no trata sólo de un cometa: trata de toda la sociedad. Manifiesta cómo reaccionamos cuando algo nos supera, cómo elegimos mirar o no mirar, cómo la indiferencia y la desconexión se vuelven la norma y cómo caemos en negligencia constante hasta llegar a extremos irreparables.
El mensaje tiene varias dimensiones en distintos contextos y lugares, y quienes me conocen ya habrán descubierto dos de ellos, pero se puede resumir con esta frase:
«Si seguimos mirando para otro lado, no necesitaremos un cometa para destruirnos».
¿Habéis visto esta película? ¿Sois del grupo que pasa a la acción? Los pequeños gestos construyen montículos, y luego, enormes dunas, así que os doy las gracias por el sólo hecho de haber dedicado vuestra atención.
Una pequeña sinopsis
En la historia, dos astrónomos descubren un cometa que va a destruir la Tierra. Estas personas intentan advertir al mundo, pero se topan con políticos alineados con grandes fortunas tecnológicas que sólo piensan en las elecciones, medios de comunicación que buscan audiencia en lugar de informar, y una sociedad más preocupada por los memes y la fama que por salvar el planeta. Lo que debería ser una lucha por la supervivencia se convierte en una batalla de egos, desinformación y negación.
Un reflejo de nuestra decadente realidad
Aunque es una comedia, No mires arriba es también una crítica social muy directa, pues muestra cómo, en la vida real, la gente muchas veces se desconecta de lo importante y termina presa de su propio abandono.
En lugar de escuchar a los científicos y a las voces críticas, preferimos las noticias que nos entretienen, confirman lo que ya creemos y repiten la misma proclama sin aportar ningún fondo que avive la reflexión. En vez de actuar juntos, nos dividimos entre los que “miran hacia arriba” y los que se niegan a hacerlo.
Y aquí es donde la película refleja perfectamente lo que pasa hoy:
- Negacionismo científico: ciertas personas y figuras políticas todavía cuestionan o niegan deliberadamente el cambio climático o la importancia de la ciencia, igual que en la película muchos niegan la existencia del cometa. Por ejemplo: en España, algunos representantes públicos han dicho que los desastres naturales "siempre han existido", evitando reconocer el papel del cambio climático.
- Desinformación: las redes sociales y los algoritmos muchas veces difunden mentiras o medias verdades más rápido que las noticias reales. Así, la gente termina creyendo lo que más se comparte, no en lo que es cierto.
- Desconexión emocional y social: vivimos tan rodeados de información y entretenimiento que muchas veces dejamos de empatizar o de actuar. Igual que en la película, preferimos distraernos antes que enfrentar la realidad (y con esto podríamos abrir un melón que daría de qué hablar durante muchos días).
En el fondo, No mires arriba no trata sólo de un cometa: trata de toda la sociedad. Manifiesta cómo reaccionamos cuando algo nos supera, cómo elegimos mirar o no mirar, cómo la indiferencia y la desconexión se vuelven la norma y cómo caemos en negligencia constante hasta llegar a extremos irreparables.
El mensaje tiene varias dimensiones en distintos contextos y lugares, y quienes me conocen ya habrán descubierto dos de ellos, pero se puede resumir con esta frase:
«Si seguimos mirando para otro lado, no necesitaremos un cometa para destruirnos».
¿Habéis visto esta película? ¿Sois del grupo que pasa a la acción? Los pequeños gestos construyen montículos, y luego, enormes dunas, así que os doy las gracias por el sólo hecho de haber dedicado vuestra atención.