Una noche de blanca luna te vi,
gemías con tus manos en la cara,
la felicidad te habían arrebatado
y el corazón destrozado.
Oh, pequeño niño adolescente,
cuánto más te ha de faltar,
cuánto más has de llorar,
solo hasta entender que el amor viene y va.
Levántate y crece, le dijeron,
un puño le...